Características psicológicas a evaluar en un jugador durante el scouting

Cuando un entrenador o director deportivo ha de seleccionar a un jugador que conforme a una plantilla, tiene que hacer una valoración integral de las características de un jugador. Estas características no solo se centran en las habilidades técnicas y tácticas del jugador, sino también en los aspectos mentales del jugador, fundamentales para determinar la calidad del jugador.

A nivel profesional, cuando dos jugadores están al mismo nivel, serán estos aspectos los que hagan que nos decantemos por un jugador u otro, ya que éstos tienen incidencia sobre las acciones técnico-tácticas y las decisiones del jugador en el campo, condicionando la actuación del jugador. 

¿Cómo pueden condicionar los aspectos mentales al resto de cualidades?

  • A nivel técnico: las diferentes situaciones de presión o estados emocionales afectan a una ejecución correcta o no de la acción técnica. Por ejemplo: el lanzamiento de un tiro penal.
  • A nivel táctico: el tiempo del que un jugador dispone para pensar afectado por la presión o los momentos del partido pueden condicionar la toma de decisiones del jugador. Por ejemplo: nerviosismo y precipitación en la toma de decisiones no eligiendo la mejor opción debido a la presencia de un oponente.
  • A nivel físico: modificando los esfuerzos según los momentos de partido, como puede ser un resultado adverso en los minutos finales del partido. Por ejemplo: el equipo va perdiendo, anota un gol y tiene opciones de remontada. La ambición del jugador le lleva a realizar otro tipo de esfuerzos.

¿Qué aspectos mentales evaluar de un jugador?

Estos serán otros aspectos mentales que se podrán valorar y que, además de la incidencia sobre el resto, son comunes a todas las posiciones. 

  • Manejo de la presión, en situaciones de gran relevancia para el conjunto, valorando si influye en su comportamiento. Hay jugadores que no soportan una gran presión y tienden a eludir responsabilidades en estos momentos. Por ejemplo: la decisión de lanzar o no un penal que suponga la victoria del equipo para la consecución de un logro (pase de ronda de una competición,  final, evitar un descenso,…)
  • Aportación al colectivo, valorando si da preferencia al equipo por encima de su beneficio personal. Además, se valorará la relevancia de las acciones durante el mismo. Por ejemplo: 2 vs Portero y prefiere jugársela en lugar de pasar al compañero mejor situado.
  • Autocontrol. Gestión de las emociones propias en situaciones de enfado, frustración, adversidad,… siempre en beneficio del equipo y propio del jugador. Por ejemplo: revolverse o no ante una entrada brusca o evitar una tarjeta ante una provocación,…
  • Agresividad, siempre entendida en el buen sentido, evitando el juego brusco grave, en situaciones de duelos, disputas, presión,… Por ejemplo: intensidad alta en la presión durante la salida de balón del adversario. 
  • Inteligencia, visión y entendimiento del juego, sabiendo tomar decisiones por sí mismo, sin las indicaciones del entrenador y actuando en consecuencia con esas decisiones tomadas. Cuantas más y mejores decisiones tome el jugador por sí mismo, y luego sean ejecutadas correctamente, mejor será este. Por ejemplo: un saque rápido de una falta que permita aprovechar la ventaja de un compañero situado en condiciones óptimas para generar una ocasión de gol. 
  • Capacidad para competir en las dos fases de juego. En el fútbol actual, un jugador que no es capaz de competir en las dos fases no tiene cabida en el fútbol profesional. El jugador no solo ha de tener esta capacidad, sino que, además, debe ser capaz de pasar de una a otra casi de forma inmediata. La velocidad del cambio de estado mental ataque-defensa o viceversa seguido de una acción encaminada al repliegue o despliegue puede ser determinante en el éxito de una transición defensiva u ofensiva. Por ejemplo: el FC Barcelona dirigido por Pep Guardiola se valió de la rápida presión tras pérdida (cambio rápido del estado mental ataque-defensa) para conservar el balón en muchas ocasiones o realizar una retransición ofensiva aprovechando la desestructuración del rival. 
  • Luchar en condiciones adversas, con un resultado desfavorable o una desventaja numérica con respecto al rival. Por ejemplo: comenzar el partido de vuelta de una eliminatoria con la necesidad de remontar un resultado adverso o conservar un resultado de ventaja con una inferioridad numérica y bajo una gran presión del rival.
  • Tomar responsabilidad en el equipo, mostrando liderazgo y siendo capaz de guiar a los compañeros en una determinada situación.
  • Mostrar siempre un alto nivel competitivo, acorde con la categoría en la que se pretende fichar al jugador, rindiendo siempre cerca del potencial esperado. 
  • Capacidad de trabajo dentro del equipo, mostrando valores como el sacrificio o el coraje. 
  • Profesionalismo, dentro y fuera del campo. Esta información puede recogerse tanto durante el partido como fuera de él. 

Todas estas características, enfocadas al lado positivo, se pueden resumir en un solo adjetivo para un jugador: proactivo. Por el contrario, un jugador reactivo, es un jugador mediocre para el equipo. 

Las valoraciones de los diferentes aspectos psicológicos se harán siempre de forma cualitativa, realizando una descripción de cada uno de los aspectos. Esta valoración psicológica será luego completada con la información que se obtenga posteriormente en la entrevista que se realice con el jugador previa a completar su fichaje.

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