El sistema equilibrado del 1-4-2-3-1

Encontrar un sistema adecuado para los jugadores que conforman la plantilla de tu equipo no es una tarea fácil. Esto depende de infinidad de variables que se tienen que tener en cuenta para estar acertado en esta ardua tarea.

Además, si tratamos los sistemas como el posicionamiento inicial en el momento que el balón se encuentra detenido y una vez se ha puesto en marcha, todo se modifica. Podemos indicar que los sistemas casi que no existen, tan solo durante breves espacios de tiempo y que después, todo se convierte en un caos organizado.

Pero si tenemos que tener un orden y un punto de inicio para, a partir de ahí, lograr una desorganización efectiva en todas las fases del juego, tanto si nos encontramos con el balón, como cuando no lo tenemos, tenemos que apoyarnos en los sistemas.

Es cierto que todo lo que ocurre en el fútbol viene avalado por los resultados, mayormente en el apartado profesional y con menos importancia cuando nos encontramos en una fase de formación, o así debería ser normalmente.

Cuando los entrenadores seleccionan que sistema van a utilizar, lo hacen a partir de que tal o cual equipo ha cosechado una serie de éxitos, utilizando tal o cual sistema y esto, en la mayoría de los casos no ayuda en casi nada.

En este artículo vamos a intentar desgranar el sistema 1-4-2-3-1 y cuales son sus características principales necesarias para una buena implantación en un equipo.

Líneas de las que se componen el sistema 1-4-2-3-1

Se puede definir que el sistema 1-4-2-3-1 está estructurado en dos grandes bloques, un primer bloque que está enfocado en los aspectos defensivos como son el portero, la línea de 4 defensas y un mediocentro, y otro encargado de la creación de juego y la finalización con un mediocentro, 3 mediapuntas y un delantero. No se intenta dar a entender que el equipo se encuentre dividido en dos partes diferenciadas e independientes, pero si que el peso de cada una de las fases recae más en estas dos líneas.

El juego en conjunto y el trabajo en equipo es prioritario en el fútbol y con cualquier sistema, pero en este tiene un rasgo marcado que es el equilibrio. Tanto si se tiene el balón, como si no, el equilibrio entre líneas y el equilibro entre la propia línea, es reconocido y aceptado por cada uno de los jugadores.

Cuando se tiene el balón, los constantes apoyos que aparecen y las posibles líneas de pase en forma de triángulos y rombos, hacen que sea viable una posesión, siempre que se lleven los movimientos coordinados de forma correcta.

Y cuando no se tiene el balón, la presión apoyada por jugadores cercanos al balón y las ayudas que se reciben tanto de las líneas adelantadas como de las atrasadas achicando espacio, resulta bastante efectiva.

Con respecto a las transiciones, este sistema ayuda a realizarlo perfectamente en las dos direcciones, siempre y cuando se cumplan los principios establecidos en estas dos fases del juego, como un buen repliegue por detrás de la zona de balón en la defensiva y un despliegue rápido ocupando los tres carriles del campo (central, izquierdo y derecho) de forma racional y sincronizada en la ofensiva.

Características y funciones de los jugadores

Empezando por el delantero, este debe crear espacios mediante desmarques de ruptura a los carriles laterales para que sean aprovechados por los jugadores que se incorporan de 2º línea. Tampoco debe dejar de lado los desmarques de apoyo con la línea que se encuentra detrás de él para asociarse en el último tercio del campo y conseguir situaciones de finalización.

Esta línea tiene que ser desequilibrante en todos los sentidos, con jugadores rápidos trabajando en amplitud y con capacidad para meterse por dentro y asociarse en corto, aprovechando los espacios que cree el delantero para llegar a zona de remate con desplazamientos diagonales y desde el carril opuesto a la zona activa de balón.

Los mediocentros deben tener un corte bien diferenciado. Por un lado estará el que ayude más en el apartado defensivo de una manera más posicional, colocándose por delante la de línea de 4 defensores y con características de iniciar el juego. Y el otro mediocentro debe enlazar la línea defensiva con el grupo de atacantes, saber establecer los tiempos, ocupar bien los espacios libres para progresar y dar una circulación fluida al balón desde un carril hacia el otro.

La línea de 4 defensas debe iniciar el juego de forma combinada, aportando al juego de ataque y teniendo los mecanismos para progresar, tanto por los carriles exteriores con los laterales, como por el carril central con mediocentros. Los laterales deben dar amplitud al juego y participar en inicio y creación de juego. En defensa tendrán que decidir que momento pueden incorporarse al ataque y en que momento deben quedarse para equilibrar.

Por último, el portero debe tener una posición adelantada para recepcionar posibles envíos en largo a la espalda de la línea de 4 defensores. Debe comunicar y organizar a sus compañeros.

Tendrá buen manejo del balón con el pie para participar en el inicio del juego y debe controlar las acciones de transición ofensiva, tanto en largo como en corto.

Ventajas y Desventajas del sistema 1-2-3-1

  • Es un sistema que intenta buscar la iniciativa en cuanto al juego, teniendo la posesión y dando amplitud a la hora de buscar la progresión.
  • Con cambios de orientación del juego tanto en corto como en largo, intentando contrarrestar el repliegue intensivo y las defensas cerradas de los rivales.
  • Se pueden llevar a cabo buenas transiciones, tanto en ataque como en defensa, ofreciendo seguridad en esta fase.
  • Permite mantener al rival en su propio campo con una defensa bien organizada y una presión tras pérdida efectiva. Los mediocentros ayudan en labores defensivas, realizando cobertura a la línea de tres mediapuntas.
  • Las desventajas que podemos encontrar al utilizar este sistema es que al llevar la iniciativa en el juego mediante la posesión del balón, los jugadores deben tener un gran nivel técnico-táctico y saber interpretar y anticiparse a todo lo que sucede en el juego.
  • El equipo debe estar bien distribuido en todas sus líneas de forma equilibrada, sino puede llevar a una desincronización para las ayudas y distancias entre líneas a la hora de defender.
  • Los laterales tienen un perfil muy marcado, ya que tienen que colaborar de forma activa tanto en la fase ofensiva como la defensiva, con grandes virtudes físicas a explotar.

Estas son algunas de las características a tener en cuenta a la hora de implementar el sistema 1-4-2-3-1 en nuestro equipo. Es cierto que todo sistema tiene que ser flexible y dar la posibilidad de realizar cambios a medida que se vean que son necesarios para la mejora del equipo, siendo uno de los aspectos más importantes del entrenador la de determinar el modelo de juego y la identidad de este, independientemente de modas o resultados que se hayan podido conseguir con unos u otros sistema. La clave consiste en adecuar el sistema a la plantilla de la que se dispone, ya que sabemos que nunca existirán dos iguales.

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