Lectura de Partidos: el don del entrenador

Las funciones que tiene que realizar un entrenador de fútbol como parte de su trabajo diario son numerosas, desde planificar las sesiones de entrenamiento, hasta analizar al rival, pasando por tener una reunión personal con algún jugador que no está al nivel esperado.

Sin embargo hay una gran cantidad de expertos que definen, sin lugar a dudas, que la función más importante es la de la lectura de partidos. Para muchos de ellos es casi como tener un don, entendiendo don como la cualidad o habilidad “innata” que alguien posee. ¿Por qué se refieren a esta cualidad como un don y no como talento? Básicamente, las dos definiciones de los términos son similares, pero el don se identifica más con algo sobrenatural. Si se deja de lado la retórica, centrándonos en lo meramente técnico, podría decirse que esta cualidad de leer los partidos es muy difícil de entrenar y que solo con mucha dedicación y experiencia se puede lograr el control sobre estas situaciones. No obstante, se puede intentar seguir algunas pautas, las cuales se comentarán a continuación, para lograr este objetivo.

¿Cuáles son las características de la lectura de partidos?

Es necesario indicar que la lectura de partidos es algo subjetivo, es decir, no todos los entrenadores ven el mismo partido en el mismo momento y no todos prestan la misma atención a lo que está sucediendo. ¿Por qué pasa esto? Sencillamente porque la percepción es algo relativo, y las impresiones que cada entrenador se lleva de una acción y la importancia que tiene en ese momento depende de varios factores, como son los tácticos, físicos, técnicos y psicológicos, en concordancia con la experiencia con la que cada uno cuenta.

¿Por qué es tan importante la lectura de partidos?

Leer el juego no es más que intentar anticipar lo que va a suceder y tomar una buena decisión al respecto para sacar el mayor provecho de la situación y, por supuesto, obtener ventaja de ella.

Un ejemplo sencillo de una buena lectura de partido: hay un jugador con tarjeta amarilla cuya intensidad en las acciones defensivas es conocida, y hay un momento del partido en el que el desequilibrio de su equipo hace que este jugador esté participando mucho en esta fase del juego. Decidir cambiar al jugador de zona del campo o sustituirlo puede ser una buena decisión sobre el futuro del partido. Esto puede parecer sencillo, pero a veces es difícil de controlar, ya que el tiempo del que se dispone para tomar la decisión es mínimo.

La lectura de partidos tiene un sinfín de variables que pueden influir en la toma de decisiones, como son la experiencia, la capacidad de análisis, la predisposición, la acción, el acierto, etc. Todas estas variables hacen que no sea una tarea sencilla. El entrenador tiene que atender a multitud de variables y argumentos, como son:

  • El equipo rival en conjunto.
  • Su equipo propio.
  • Los jugadores rivales de forma individual.
  • Sus jugadores de forma individual.
  • Los jugadores por pares, jugador propio contra jugador rival.
  • Los jugadores por pares de su equipo propio, lateral propio conexión con extremo propio.
  • El otro entrenador

¿Es útil el análisis táctico del rival para la lectura del partido?

Los cuerpos técnicos utilizan cada vez más herramientas para poder analizar al rival. Un ejemplo de las últimas incorporaciones ha sido el Big Data. Sin alejarnos mucho de la pregunta del título, diríamos que si.

Es muy probable que muchos de los patrones estudiados en el informe del partido previo al nuestro se reproduzcan en el que vamos a jugar, ya que los elementos del juego que interactúan en el encuentro tienen las mismas características. Sabiendo que cabe la posibilidad de que se sustituyan elementos tácticos colectivos o jugadores que participen, es imposible cambiar todos los elementos y/o estructuras en el corto espacio de tiempo que conlleva un microciclo de trabajo semanal.

También cabe destacar que hay una serie de factores inciertos que son imposibles de predecir con antelación y que quizás podamos llegar a ver en algunos momentos antes de que sucedan. Ahí es donde estará la buena praxis del entrenador. Tenemos que tener claro que el plan de partido establecido nos ayudará a bajar ese nivel de incertidumbre, pero nunca eliminarla, por lo que la importancia de la lectura del juego, tanto del entrenador como del jugador, es fundamental para tener éxito en el partido.

La clave de la lectura del partido

La clave de la lectura del partido es realizarse cuestiones constantemente y comprobar que estamos tomando ventaja en todo momento. En una adaptación del análisis del equipo propio basado en Bauer y Ueberle (1992), estas podrían ser algunas de las preguntas que hay que hacerse cuando estamos en un partido y queremos leer que está pasando en el juego. De una forma general, y en los primero minutos, pueden ser:

  • ¿Ha alineado el rival a los jugadores que pensábamos?
  • ¿Sale con el sistema de juego que conocemos?
  • ¿Están sus jugadores en las posiciones analizadas?
  • ¿Están nuestros jugadores emparejados con los que teníamos previsto?
  • ¿Está el rival jugando con el modelo de juego habitual?

A medida que va avanzando el partido, podemos comprobar si:

  • ¿Están los jugadores en un estado físico óptimo?
  • ¿Estamos organizados tácticamente como se había establecido en el plan de partido?
  • ¿Está funcionando el plan de partido?

En una verificación de que todo va bien, hay que cuestionarse:

  • ¿Hace falta modificar algo para mejorar lo que está sucediendo?
  • ¿Hay que hacer algo en el descanso?

Tras haber realizado algún cambio táctico o de jugador, se debe pensar:

  • ¿Ha tenido lugar la mejora que esperábamos con el cambio realizado?
  • ¿Ha cambiado el rival algo en los últimos minutos?

De una forma especifica y profundizando mucho más en la táctica, se puede relativizar sobre:

  • ¿Qué está realizando el rival, a grandes rasgos, en las diferentes fases del juego como son ataque, defensa, transición y acciones a balón parado?
  • Dentro del ataque, ¿está realizando juego directo o combinado?¿Los pases son en largo o se asocian en corto?¿En qué zonas y carriles del campo suelen combinar?¿Prefieren avanzar por las zonas centrales o por los carriles exteriores?¿Tiene la iniciativa del juego o prefiere esperar al error del rival?¿Qué profundidad y amplitud tienen en el juego?
  • Dentro de la defensa, ¿prefiere presionar o replegarse?¿Utiliza la regla del fuera de juego?¿Realiza marcajes individuales, en zona o de forma mixta?
  • En las transiciones ofensivas, una vez que recuperan el balón, ¿suelen pasar a contraataque o a un ataque posicional? ¿Lo hacen con envíos en largo o pases cortos?¿Repiten pases en la misma zona de recuperación o cambio el juego?
  • En las transiciones defensivas, después de la pérdida de balón, ¿suelen presionar o se repliegan? ¿Cuántos jugadores actúan en estas acciones?¿En qué parte del campo lo suelen hacer?¿Dónde y cómo se posicionan?
  • Con respecto a las acciones a balón parado en ataque y defensa, ¿cómo defienden?¿Están concentrados o dispersos?¿Tienen ABP en ataque preparadas o siempre repiten las mismas?
  • Con respecto a los jugadores rivales, ¿cuáles están siendo los más participativos?¿Quiénes están teniendo más aciertos y cuales más errores?¿Cuáles son los puntos débiles y los puntos fuertes de cada jugador?¿Son experimentados?¿Se ayudan y motivan entre ellos o dependen mucho de las instrucciones del entrenador?
  • Sobre el entrenador, ¿cómo influye en el equipo?¿Qué tipo de entrenador es?¿Se muestra organizador, con mando directo, reflexivo, etc?

Toda esta batería de preguntas que puede hacerse un entrenador durante un partido, puede ser ampliada hasta un número infinito de ellas, es más, como consejo para aquellos entrenadores que están empezando o quieren mejorar en este aspecto, pueden llevarse al banquillo una hoja de papel con el registro de todas las preguntas que crean necesarias para una buena interpretación del juego.

Y tú… ¿cómo lees los partidos?

Referencias

A. Armando Anaya H. “Análisis y Lectura de Partidos” Colección Cuadernillos Didácticos.

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