Superioridad en el juego. Cómo sacar el máximo provecho

Atendiendo a la premisa de que el fútbol es un juego de colaboración y oposición, y que este artículo va a profundizar en las situaciones de superioridad numérica, se debe tener en cuenta que éstas juegan un papel muy importante a la hora de sacar ventaja con respecto al rival. Por lo tanto, hay que tenerlo en cuenta para el desarrollo de los jugadores y de su interpretación del juego.

Tener superioridad numérica a favor es un factor que, por supuesto, se debe entrenar en cualquiera de sus formas y con los principios establecidos que vamos a desarrollar a continuación.

Tipos de superioridad numérica

Paco Seiru·lo mantiene que existen 4 tipos de superioridades:

  • Superioridad Numérica: es aquella en la que el número de jugadores en posesión del balón que están en la zona activa del juego, es decir cerca del balón, es mayor que el número de rivales.
  • Superioridad Posicional: ésta hace referencia a que la posición de los jugadores en el campo es ventajosa con respecto a la de sus oponentes.
  • Superioridad Cualitativa: atiende a que la calidad individual o colectiva de los jugadores genera ventajas con respecto a sus rivales.
  • Superioridad Socio-Afectiva: se da cuando la relación entre los jugadores en posesión del balón se ve favorecida por el conocimiento o la compenetración existente entre ellos, lo que favorece sus acciones.

Cómo entrenar cada una de las superioridades

Superioridad Numérica

Posiblemente esta sea la más fácil de entrenar, ya que se puede cuantificar de forma objetiva si contamos los jugadores que están participando en la acción. Para dominar el juego y la posesión de balón, es importante que se busque la creación de estas situaciones ventajosas el que exista un mayor número de jugadores del equipo que está en posesión del balón. Si se profundiza un poco más en el estudio de esta superioridad, se puede deducir que es mucho más importante crear superioridad numérica en la fase defensiva que en la ofensiva. En pocas situaciones atacamos con un mayor número de jugadores que nuestro rival, ya que este se ha encargado de situar más jugadores en defensa de los que nosotros tenemos en ataque.

Aún así, es posible generar superioridades numéricas en ataque si se plantean entrenamientos orientados a ello.

Es cierto que, por la propia naturaleza del juego, existen zonas del campo donde las superioridades numéricas aparecen de forma clara, por ejemplo, en la zona de inicio se suelen producir situaciones de 4 defensas más portero contra dos o tres delanteros, propiciando esa superioridad de forma continua, siempre y cuando el rival no opte por realizar presión alta, en la que acumulará más jugadores en esa zona.

Para entrenar la superioridad numérica se pueden emplear rondos, juegos reducidos y partidos condicionados, creando grupos con mayor número de jugadores o con jugadores comodines que creen esa superioridad a los poseedores del balón.

Para aprovecharnos de esta situación en ataque, se deben emplear acciones en las que se pueda fijar al rival, dar buenas líneas de pase, desdoblamientos ofensivos, paredes y desmarques. En el aspecto defensivo mediante coberturas, marcajes y una buena defensa zonal.

Superioridad Posicional

Esta superioridad tiene su base en el juego posicional, el cual consiste en generarlas mediante el posicionamiento de los jugadores en el terreno de juego. Los jugadores deberán colocarse en el campo teniendo en cuenta la amplitud y la profundidad. Con la amplitud se obliga al rival a realizar excesivas basculaciones del bloque defensivo, con el consiguiente desgaste, generando la profundidad con espacios por fuera en el lado opuesto a la zona activa de juego.

También es necesario que los jugadores estén colocados a diferentes alturas y en diferentes pasillos para ir generando esta superioridad que posibilite avanzar de forma conjunta y organizada. Para lograrlo, hace falta entrenar a un ritmo alto de circulación de balón, jugar con el menor número de toques posibles, facilitar apoyos al compañero de forma constante con buena orientación corporal y una eficaz movilidad que ayude a ganar tiempo en la circulación. 

Superioridad Cualitativa

Esta superioridad consiste en emparejar a jugadores que superen en calidad a su rival, de tal forma que se obtenga una ventaja en el enfrentamiento 1×1, poniendo a disposición del equipo las habilidades técnicas y/o físicas individuales de cada jugador.

Para poder sacar provecho a esta superioridad se debería realizar un trabajo previo al partido durante el microciclo semanal. En primer lugar, se debería realizar un informe individual de cada jugador rival para descubrir sus fortalezas y debilidades. Después, analizar a aquellos de nuestros jugadores que se puedan enfrentar a ellos en las mismas zonas del campo y posicionarlos dispuestos a ganar la ventaja.

A continuación, mostrar en una sesión de vídeo las acciones del rival al jugador y explicarle en qué momentos y situaciones podrían ganar esos duelos con la capacidad técnica y física del jugador.

Por último deberíamos plantear entrenamientos que reproduzcan las acciones que puede que aparezcan en el partido. En ataque, se utilizaran regates y, en defensa, lo mitigaremos con una buena defensa individual para tener éxito y sacar ventaja.

Superioridad Socio-Afectiva

Aunque en esta superioridad es importante todo el aspecto técnico-táctico, como en cualquiera de las otras, es cierto que aquí se hace hincapié en las relaciones personales y de conocimiento del compañero para poder sacar ventaja de las situaciones.

La confianza, el conocimiento de las condiciones físicas y técnicas además de conocer con antelación cuál es la idea que tiene el compañero en ese momento, ayudan a que se vean beneficiados en la acción. Esto suele ser sinónimo de acierto en la toma de decisiones del jugador en el momento que se relaciona con su compañero, al cual conoce.

Para entrenar esta superioridad, el equipo se podría apoyar en la psicología o neurociencia, acudiendo a un especialista que ayude a detectar las relaciones interpersonales que hay dentro de la plantilla y de las que podríamos sacar beneficio. Con este proceso, se adjudican los pares que puedan relacionarse a través de combinaciones cortas o intermedias sacando rendimiento en cada partido.

Esto se puede entrenar, en un primer paso, con dinámicas de grupos, incluso con actividades lúdicas no orientadas a fútbol o ampliando este trabajo en tareas de juegos reducidos y partidos condicionados en fútbol, para intentar detectar cuáles son las relaciones que más se producen y se repiten en cada momento, obteniendo un resultado satisfactorio.

Conclusión

En conclusión, debemos reconocer que para ganar en cualquier juego que se precie se deben crear ventajas por parte de nuestro equipo con respecto al rival. Como se ha explicado en el artículo existen diferentes formas de hacerlo, consiguiendo superioridad en diferentes aspectos, que se pueden entrenar con nuestro equipo. Para terminar, nos gustaría citar unas declaraciones que realizó Paco Seiru·lo cuando era preparador físico del FC Barcelona en el año 2012 para la cadena de televisión ESPN, en las que dijo: “estas superioridades se disponen por la organización del espacio que tuvimos antes de perder el balón”. Esta reflexión ha dado paso a un nuevo paradigma reflejado en un estudio denominado “espacios de fase” al que haremos referencia en próximos artículos.

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